Ruta celebrada el día 20 de Mayo 2007 en Barcarrota . Ruta Denominada "Charco Vaquero". Momento de descanso y reposición de fuerzas.
En esta ruta se ha visitado LA ALBUERA que en esta fecha se conmemora la batalla que lleva su nombre, durante la Guerra de la Independencia.
Desde hace unos años, cada 16 de mayo se conmemora la Batalla de La Albuera, librada el 16 de mayo de 1811, durante la guerra de la Independencia. En ese día se celebran diversos actos, en los que participan representantes de varios ejércitos; este año por ejemplo, asistieron representantes de los ejércitos de Polonia, Alemania y Francia.
Carteles situados en los extremos de la población informan a los viajeros de que en esta pequeña localidad tuvo lugar un acontecimiento fundamental para la historia de España. Algunos aspectos de la batalla se presentan en un incipiente Museo relativo al tema fundado en fecha reciente
La batalla de La Albuera fue un enfrentamiento de la Guerra de la Independencia española, que se libró en La Albuera, a 22 km de Badajoz en la ruta hacia Sevilla, el 16 de mayo de 1811. Tuvo como resultado una victoria táctica del ejército anglo-hispano-portugués al mando del general Beresford, sobre las tropas francesas al mando del mariscal Soult, complementadas por un regimiento polaco . Aunque los datos de combatientes y de bajas son discutidos, se estima que los franceses eran 25.000 combatientes y los aliados unos 31.000.
Las bajas francesas fueron unas 6.500 y las aliadas quizás 6.000. Se cita a Lord Wellington, que no participó en la batalla, pero como jefe del ejército aliado dijo que otra batalla igual nos arruinaría. Beresford ganó la batalla pero su desarrollo táctico se considera tan lamentable que se dice que fue el responsable del gran número de víctimas, si bien la victoria es imputable a los demás mandos que integraban el ejército aliado. Los generales españoles fueron Blake, Ballesteros, Castaños, Lardizábal y Zayas, a quienes les cabe el mérito de la victoria del ejército aliado.
Beresford no supo explotar el éxito y no volvió a sitiar la ciudad de Badajoz, ocupada por tropas francesas. Se ciñó a mantener a distancia el bloqueo de la ciudad, hasta que diez meses después de la batalla de La Albuera, el 16 de marzo de 1812, se presentó ante las puertas de Badajoz, el Duque de Wellington, que logró tomar al asalto en la noche del 6 al 7 de abril siguiente en la Batalla de Badajoz.
Soult no pudo cumplir su propósito de socorrer a la guarnición francesa de Badajoz. Se mantuvo en sus posiciones al día siguiente, sin que ninguno de los ejércitos que se observaban, se atreviera a reanudar la lucha, quizá por el mutuo quebranto sufrido. El día 18 de mayo, el mariscal Soult inició la vuelta hacia Andalucía, de donde había partido, sin ser estorbado. Llevaba la protección muy eficaz de de su caballería. La caballería española, comandada por Penne-Villemur, hostigaba su retaguardia pero poco más hizo que capturar a algunos rezagados. El mariscal Soult se quedó en Llerena y el resto del ejército en Villagarcía y Usagre.
Invadido Portugal por el ejercito francés de Junot desde el otoño de 1807 y después de la ocupación de Madrid por Murat y el alzamiento del 2 de Mayo, las líneas de invasión parten por el centro desde la frontera: por Vitoria y Burgos a Madrid y por el este a Cataluña. Para asegurar el camino a Madrid, los franceses lanzan desde Vitoria y Pamplona ofensivas hacía Zaragoza y hacia Santander. Por su parte, Murat desde Madrid envía a Moncey hacia Valencia y a Dupont hacia Sevilla y Cádiz.
El gobernador del Campo de Gibraltar, general Castaños, sale de Algeciras y con sus fuerzas y las de Reding, que viene de Granada, vence y detiene en Bailén a Dupont (18 de junio de 1808), obligando a capitular al francés, lo que fuerza al Rey José a retirarse a Vitoria, así como a Moncey, derrotado en Alcira. A fin de cortar las comunicaciones entre Madrid y la frontera, el capitán general de Castilla, don Gregorio de la Cuesta, plantea las batallas de Cabezón 10 de julio), esta última en colaboración con el ejercito gallego de Blake, siendo derrotado. El 5 de agosto desembarca él ejercito británico en Figueira da Foz, al que se une otra expedición procedente de Gibraltar. Junot que mantenía al grueso de sus fuerzas en torno a Lisboa, se enfrenta con el general Wellesley en la batalla de Vimero (21 de agosto), siendo derrotado y obligado a firmar un tratado, llamado de Cintra (30 de agosto), por el que se acuerda el reembarque de su ejercito a Francia.
Las consecuencias de Bailen obligan a un repliegue de las fuerzas francesas y el Rey José se refugia en Vitoria, en torno a cuya ciudad se agrupa su ejercito que domina solo el País Vasco y Navarra. Por otra parte los capitanes generales españoles van reorganizando sus tropas y marchan sobre Madrid. Desde Valencia y Murcia llegan los primeros efectivos, al mando de González Llanas el 13 de agosto de 1808, y diez días después, en medio del entusiasmo popular, lo hacen los vencedores de Bailén con Castaños a la cabeza. Cuesta, capitán general de Castilla, se incorpora a la concentración y Blake, desde la cornisa cantábrica hostiga el dispositivo francés.
Constituido el mando supremo con la Junta Central, que se instala el 25 de septiembre en Aranjuez. Ante el estado de la guerra en España, el Emperador de Francia decidió intervenir personalmente, asegurándose antes la buena voluntad de los emperadores de Austria y Rusia en la Conferencia de Erfürth. Organiza los efectivos de la “Grande Armée” de 100.000 hombres, con los que entra en España el 8 de noviembre e inicia la marcha desde Vitoria hasta Madrid. El día 9 el mariscal Víctor derrota a Blake en Espinosa, y el 10 sale al paso de Napoleón él ejercito extremeño al mando de Belveder en Gamonal, próximo a Burgos, donde sufre un fuerte descalabro con 2.000 bajas, retirándose a Segovia. Los ingleses que salen de Portugal desisten de su incursión y vuelven desde Salamanca. Mientras los mariscales franceses se abren hacia Santander y Zaragoza, el Emperador prosigue su marcha hacia Madrid. El ejercito extremeño le enfrenta en Somosierra el 30 de Diciembre, sin poder impedir que Napoleón entre en Madrid el 4 de enero de 1809.
Campañas de enero a primavera de 1809
Ante los avances de Blake desde Aragón y de Venegas desde la Mancha el Rey José procura concentrar sus fuerzas sobre el entorno de Madrid, produciéndose el repliegue de Víctor, que se retira a Plasencia. Desde Toledo el Rey, con las tropas de Sebastián, inicia una expedición sobre Andalucía, deteniéndose en Almagro y provocando la retirada del general Venegas a Santa Elena.
Despejado la Baja Extremadura, Cuesta, desde Monesterio, traslada su cuartel general a Miravete, y se entrevista con Wellesley, quien levanta sus reales de Abrantes, dirigiéndose a Plasencia, a la que llega el 8 de julio, prosiguiendo el repliegue de Víctor hacia Talavera. El general Wilson cruza el paso de la Bazagona el 18 de julio y al día siguiente Cuesta, con el ejercito extremeño, pasa el Tajo por Almaraz y Puente de Arzobispo. La vanguardia británica llega hasta Navalcarnero y el Rey José se pone al frente de 100.000 hombres. El encuentro se produce en la batalla de Talavera los días 27 y 28 de julio de 1809 entre el ejercito combinado y el francés, pero no puede explotarse el éxito de los aliados ante la amenaza de los tres cuerpos que manda Soult desde Salamanca, replegándose Wellesley a Badajoz, para pasar a finales de año otra vez a Portugal.
Campañas de otoño de1809 a primavera de 1810
El Rey José inicia una nueva expedición sobre Andalucía. El ejercito de la Mancha, al mando de Areízaga, es derrotado en la batalla de Ocaña (19 de noviembre de 1809) y el de Extremadura, a las órdenes del duque de Alburquerque recibe la orden de proteger su flanco. El poderoso ejercito francés del Mediodía, a las órdenes de Soult se extiende por Andalucía, dirigiéndose Sebastiani al reino de Granada y Soult con Víctor y Mortier hacia Sevilla, donde entran el 1 de febrero de 1810.
Al tiempo que el ejército francés de Mediodía domina Andalucía, otro poderoso ejército al mando del mariscal Massena, se dirige a Portugal atacando Cuidad-Rodrigo. Por su parte Soult manda al mariscal Mortier sobre Extremadura acercándose a las puertas de Badajoz e intimando a la rendición a la plaza el 11 de febrero de 1810, dándose la acción de Valverde de Leganés el día 18. El general francés Reynier ocupa Trujillo el 15 de febrero y, ante la inacción de Mortier, despliega su actividad también por el sur de Extremadura
Campañas de julio a diciembre de 1810
De los dos grandes ejércitos franceses destacados desde Madrid, el llamado de Mediodía, a las órdenes de Soult, cumplió sus objetivos ocupando Andalucía y amenazando Extremadura. El de Portugal, cuyo mando fue confiado por el Emperador a su mariscal preferido, Massena, se encontraba detenido frente a la plaza de Ciudad-Rodrigo que ofreció tenaz resistencia hasta que logró rendirla Massena el 10 de julio de 1810. A partir de ese momento inician los franceses la invasión de Portugal siguiendo la consigna de Napoleón, dispuesto a expulsar a los ingleses del único punto del continente que dominaban. Wellesley tiene que dejar sus posiciones ante el empuje enemigo, pudiendo su enlace con las tropas anglo-portuguesas situadas en las provincias del norte de Portugal, y se encierra con todos sus efectivos en las Líneas de Torres Vedras que defienden la cabeza de playa de Lisboa, poderosamente fortificadas, y renunciando a presentar batalla en campo abierto al invasor que, por su parte, no progresa de la línea del Tajo, debido a la carencia de recursos y abastos en el país y a la dureza de los temporales que se inician en el otoño. El ejercito extremeño, llamado ahora de la Izquierda es regido por el Marqués de la Romana que dispersa las fuerzas por el sur de la provincia y por el condado de Niebla. Inopinadamente, a principios de octubre y dejando desguarnecida la provincia, se dirige con dos divisiones a reforzar las líneas portuguesas de Torres Vedras en un auxilio no solicitado por Wellington.
Enero a marzo de 1811
Decidido Napoleón a terminar con el ejercito británico de Portugal, ordena una operación combinada entre Massena y Soult que deberían formar sobre Lisboa una pinza que arrojara al mar a Wellington. Para ello es necesario tomar Badajoz. A tal fin, parte de Sevilla el 2 de enero de 1811 el mariscal Soult, al frente de un poderoso ejército, llevando como segundo al mariscal Mortier y dirigiéndose en primer lugar a la plaza de Olivenza, que se rinde el 26 de enero, y sentando sus reales frente a Badajoz el 26 del mismo mes. Después de feroz resistencia la plaza capitula el día 10 de marzo. Tras la toma de Badajoz, Soult regresa a Sevilla, dejando en la capital extremeña a Mortier que toma Campomayor y Alburquerque. Wellington confía a Beresford las operaciones en Extremadura, mientras él sigue de cerca los movimientos de Massena. Beresford reconquista Olivenza el 15 de abril, como paso previo al asedio de Badajoz y el 4 de mayo de 1811 se presenta ante ella. Pero Soult, enterado de las acciones, acude desde Sevilla con el propósito de levantar el cerco. En previsión de esta contingencia Wellington y Castaños habían previsto un plan para interceptar el progreso de Soult que debía ser detenido en la Albuera.
Después de la Albuera, el mariscal Soult regresa a Sevilla, sin haber logrado auxiliar a Badajoz. Las fuerzas aliadas vuelven al campo sitiador para proseguir el asedio sin resultado. A la vista que, de nuevo, viene Soult sobre Badajoz los aliados deciden levantar el sitio que se limita a un bloqueo a distancia de la plaza.
Tras el levantamiento de sitio, el ejército aliado tiene como objetivo primordial la conquista de Ciudad Rodrigo. El 28 de octubre de 1811, las fuerzas combinadas del segundo de Castaños, Girón, y las aliadas del general Hill inflingen cuantiosas perdidas a los franceses en la acción de Arroyolinos de Montánchez. En enero de 1812 se toma Ciudad Rodrigo y el 17 de marzo se formaliza el nuevo sitio de Badajoz.
El 19 de Mayo se toma el puente de Almaraz; el 17 de junio Salamanca, enfrentándose el día 22 de julio a los franceses en los Arapiles. El día 11 de agosto Wellington entra en Madrid.
Carteles situados en los extremos de la población informan a los viajeros de que en esta pequeña localidad tuvo lugar un acontecimiento fundamental para la historia de España. Algunos aspectos de la batalla se presentan en un incipiente Museo relativo al tema fundado en fecha reciente
La batalla de La Albuera fue un enfrentamiento de la Guerra de la Independencia española, que se libró en La Albuera, a 22 km de Badajoz en la ruta hacia Sevilla, el 16 de mayo de 1811. Tuvo como resultado una victoria táctica del ejército anglo-hispano-portugués al mando del general Beresford, sobre las tropas francesas al mando del mariscal Soult, complementadas por un regimiento polaco . Aunque los datos de combatientes y de bajas son discutidos, se estima que los franceses eran 25.000 combatientes y los aliados unos 31.000.
Las bajas francesas fueron unas 6.500 y las aliadas quizás 6.000. Se cita a Lord Wellington, que no participó en la batalla, pero como jefe del ejército aliado dijo que otra batalla igual nos arruinaría. Beresford ganó la batalla pero su desarrollo táctico se considera tan lamentable que se dice que fue el responsable del gran número de víctimas, si bien la victoria es imputable a los demás mandos que integraban el ejército aliado. Los generales españoles fueron Blake, Ballesteros, Castaños, Lardizábal y Zayas, a quienes les cabe el mérito de la victoria del ejército aliado.
Beresford no supo explotar el éxito y no volvió a sitiar la ciudad de Badajoz, ocupada por tropas francesas. Se ciñó a mantener a distancia el bloqueo de la ciudad, hasta que diez meses después de la batalla de La Albuera, el 16 de marzo de 1812, se presentó ante las puertas de Badajoz, el Duque de Wellington, que logró tomar al asalto en la noche del 6 al 7 de abril siguiente en la Batalla de Badajoz.
Soult no pudo cumplir su propósito de socorrer a la guarnición francesa de Badajoz. Se mantuvo en sus posiciones al día siguiente, sin que ninguno de los ejércitos que se observaban, se atreviera a reanudar la lucha, quizá por el mutuo quebranto sufrido. El día 18 de mayo, el mariscal Soult inició la vuelta hacia Andalucía, de donde había partido, sin ser estorbado. Llevaba la protección muy eficaz de de su caballería. La caballería española, comandada por Penne-Villemur, hostigaba su retaguardia pero poco más hizo que capturar a algunos rezagados. El mariscal Soult se quedó en Llerena y el resto del ejército en Villagarcía y Usagre.
Invadido Portugal por el ejercito francés de Junot desde el otoño de 1807 y después de la ocupación de Madrid por Murat y el alzamiento del 2 de Mayo, las líneas de invasión parten por el centro desde la frontera: por Vitoria y Burgos a Madrid y por el este a Cataluña. Para asegurar el camino a Madrid, los franceses lanzan desde Vitoria y Pamplona ofensivas hacía Zaragoza y hacia Santander. Por su parte, Murat desde Madrid envía a Moncey hacia Valencia y a Dupont hacia Sevilla y Cádiz.
El gobernador del Campo de Gibraltar, general Castaños, sale de Algeciras y con sus fuerzas y las de Reding, que viene de Granada, vence y detiene en Bailén a Dupont (18 de junio de 1808), obligando a capitular al francés, lo que fuerza al Rey José a retirarse a Vitoria, así como a Moncey, derrotado en Alcira. A fin de cortar las comunicaciones entre Madrid y la frontera, el capitán general de Castilla, don Gregorio de la Cuesta, plantea las batallas de Cabezón 10 de julio), esta última en colaboración con el ejercito gallego de Blake, siendo derrotado. El 5 de agosto desembarca él ejercito británico en Figueira da Foz, al que se une otra expedición procedente de Gibraltar. Junot que mantenía al grueso de sus fuerzas en torno a Lisboa, se enfrenta con el general Wellesley en la batalla de Vimero (21 de agosto), siendo derrotado y obligado a firmar un tratado, llamado de Cintra (30 de agosto), por el que se acuerda el reembarque de su ejercito a Francia.
Las consecuencias de Bailen obligan a un repliegue de las fuerzas francesas y el Rey José se refugia en Vitoria, en torno a cuya ciudad se agrupa su ejercito que domina solo el País Vasco y Navarra. Por otra parte los capitanes generales españoles van reorganizando sus tropas y marchan sobre Madrid. Desde Valencia y Murcia llegan los primeros efectivos, al mando de González Llanas el 13 de agosto de 1808, y diez días después, en medio del entusiasmo popular, lo hacen los vencedores de Bailén con Castaños a la cabeza. Cuesta, capitán general de Castilla, se incorpora a la concentración y Blake, desde la cornisa cantábrica hostiga el dispositivo francés.
Constituido el mando supremo con la Junta Central, que se instala el 25 de septiembre en Aranjuez. Ante el estado de la guerra en España, el Emperador de Francia decidió intervenir personalmente, asegurándose antes la buena voluntad de los emperadores de Austria y Rusia en la Conferencia de Erfürth. Organiza los efectivos de la “Grande Armée” de 100.000 hombres, con los que entra en España el 8 de noviembre e inicia la marcha desde Vitoria hasta Madrid. El día 9 el mariscal Víctor derrota a Blake en Espinosa, y el 10 sale al paso de Napoleón él ejercito extremeño al mando de Belveder en Gamonal, próximo a Burgos, donde sufre un fuerte descalabro con 2.000 bajas, retirándose a Segovia. Los ingleses que salen de Portugal desisten de su incursión y vuelven desde Salamanca. Mientras los mariscales franceses se abren hacia Santander y Zaragoza, el Emperador prosigue su marcha hacia Madrid. El ejercito extremeño le enfrenta en Somosierra el 30 de Diciembre, sin poder impedir que Napoleón entre en Madrid el 4 de enero de 1809.
Campañas de enero a primavera de 1809
Ante los avances de Blake desde Aragón y de Venegas desde la Mancha el Rey José procura concentrar sus fuerzas sobre el entorno de Madrid, produciéndose el repliegue de Víctor, que se retira a Plasencia. Desde Toledo el Rey, con las tropas de Sebastián, inicia una expedición sobre Andalucía, deteniéndose en Almagro y provocando la retirada del general Venegas a Santa Elena.
Despejado la Baja Extremadura, Cuesta, desde Monesterio, traslada su cuartel general a Miravete, y se entrevista con Wellesley, quien levanta sus reales de Abrantes, dirigiéndose a Plasencia, a la que llega el 8 de julio, prosiguiendo el repliegue de Víctor hacia Talavera. El general Wilson cruza el paso de la Bazagona el 18 de julio y al día siguiente Cuesta, con el ejercito extremeño, pasa el Tajo por Almaraz y Puente de Arzobispo. La vanguardia británica llega hasta Navalcarnero y el Rey José se pone al frente de 100.000 hombres. El encuentro se produce en la batalla de Talavera los días 27 y 28 de julio de 1809 entre el ejercito combinado y el francés, pero no puede explotarse el éxito de los aliados ante la amenaza de los tres cuerpos que manda Soult desde Salamanca, replegándose Wellesley a Badajoz, para pasar a finales de año otra vez a Portugal.
Campañas de otoño de1809 a primavera de 1810
El Rey José inicia una nueva expedición sobre Andalucía. El ejercito de la Mancha, al mando de Areízaga, es derrotado en la batalla de Ocaña (19 de noviembre de 1809) y el de Extremadura, a las órdenes del duque de Alburquerque recibe la orden de proteger su flanco. El poderoso ejercito francés del Mediodía, a las órdenes de Soult se extiende por Andalucía, dirigiéndose Sebastiani al reino de Granada y Soult con Víctor y Mortier hacia Sevilla, donde entran el 1 de febrero de 1810.
Al tiempo que el ejército francés de Mediodía domina Andalucía, otro poderoso ejército al mando del mariscal Massena, se dirige a Portugal atacando Cuidad-Rodrigo. Por su parte Soult manda al mariscal Mortier sobre Extremadura acercándose a las puertas de Badajoz e intimando a la rendición a la plaza el 11 de febrero de 1810, dándose la acción de Valverde de Leganés el día 18. El general francés Reynier ocupa Trujillo el 15 de febrero y, ante la inacción de Mortier, despliega su actividad también por el sur de Extremadura
Campañas de julio a diciembre de 1810
De los dos grandes ejércitos franceses destacados desde Madrid, el llamado de Mediodía, a las órdenes de Soult, cumplió sus objetivos ocupando Andalucía y amenazando Extremadura. El de Portugal, cuyo mando fue confiado por el Emperador a su mariscal preferido, Massena, se encontraba detenido frente a la plaza de Ciudad-Rodrigo que ofreció tenaz resistencia hasta que logró rendirla Massena el 10 de julio de 1810. A partir de ese momento inician los franceses la invasión de Portugal siguiendo la consigna de Napoleón, dispuesto a expulsar a los ingleses del único punto del continente que dominaban. Wellesley tiene que dejar sus posiciones ante el empuje enemigo, pudiendo su enlace con las tropas anglo-portuguesas situadas en las provincias del norte de Portugal, y se encierra con todos sus efectivos en las Líneas de Torres Vedras que defienden la cabeza de playa de Lisboa, poderosamente fortificadas, y renunciando a presentar batalla en campo abierto al invasor que, por su parte, no progresa de la línea del Tajo, debido a la carencia de recursos y abastos en el país y a la dureza de los temporales que se inician en el otoño. El ejercito extremeño, llamado ahora de la Izquierda es regido por el Marqués de la Romana que dispersa las fuerzas por el sur de la provincia y por el condado de Niebla. Inopinadamente, a principios de octubre y dejando desguarnecida la provincia, se dirige con dos divisiones a reforzar las líneas portuguesas de Torres Vedras en un auxilio no solicitado por Wellington.
Enero a marzo de 1811
Decidido Napoleón a terminar con el ejercito británico de Portugal, ordena una operación combinada entre Massena y Soult que deberían formar sobre Lisboa una pinza que arrojara al mar a Wellington. Para ello es necesario tomar Badajoz. A tal fin, parte de Sevilla el 2 de enero de 1811 el mariscal Soult, al frente de un poderoso ejército, llevando como segundo al mariscal Mortier y dirigiéndose en primer lugar a la plaza de Olivenza, que se rinde el 26 de enero, y sentando sus reales frente a Badajoz el 26 del mismo mes. Después de feroz resistencia la plaza capitula el día 10 de marzo. Tras la toma de Badajoz, Soult regresa a Sevilla, dejando en la capital extremeña a Mortier que toma Campomayor y Alburquerque. Wellington confía a Beresford las operaciones en Extremadura, mientras él sigue de cerca los movimientos de Massena. Beresford reconquista Olivenza el 15 de abril, como paso previo al asedio de Badajoz y el 4 de mayo de 1811 se presenta ante ella. Pero Soult, enterado de las acciones, acude desde Sevilla con el propósito de levantar el cerco. En previsión de esta contingencia Wellington y Castaños habían previsto un plan para interceptar el progreso de Soult que debía ser detenido en la Albuera.
Después de la Albuera, el mariscal Soult regresa a Sevilla, sin haber logrado auxiliar a Badajoz. Las fuerzas aliadas vuelven al campo sitiador para proseguir el asedio sin resultado. A la vista que, de nuevo, viene Soult sobre Badajoz los aliados deciden levantar el sitio que se limita a un bloqueo a distancia de la plaza.
Tras el levantamiento de sitio, el ejército aliado tiene como objetivo primordial la conquista de Ciudad Rodrigo. El 28 de octubre de 1811, las fuerzas combinadas del segundo de Castaños, Girón, y las aliadas del general Hill inflingen cuantiosas perdidas a los franceses en la acción de Arroyolinos de Montánchez. En enero de 1812 se toma Ciudad Rodrigo y el 17 de marzo se formaliza el nuevo sitio de Badajoz.
El 19 de Mayo se toma el puente de Almaraz; el 17 de junio Salamanca, enfrentándose el día 22 de julio a los franceses en los Arapiles. El día 11 de agosto Wellington entra en Madrid.
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